¿Estamos trabajando en exceso?
El incremento del trabajo a distancia y la inherente pérdida de límites entre el ambiente laboral y personal que conlleva trabajar en casa (especialmente a raíz de las circunstancias derivadas de la pandemia por Covid-19), ha generado un creciente interés en la productividad, la sobrecarga laboral y demás condiciones de trabajo que van haciendo mella en la salud física y mental.
Sin embargo, muchos de estos aspectos llevan unos cuantos años siendo estudiados. Investigaciones realizadas hace casi una década ya mencionaban el impacto del trabajo en nuestra salud. El insomnio, la ansiedad y la depresión, son algunos ejemplos que pueden relacionarse con el estrés laboral.
Si nuestro cuerpo no descansa lo suficiente, no recupera la energía necesaria y le cuesta más afrontar demandas diarias; afectando así el rendimiento y, por ende, la productividad.
Comer en el trabajo, falta de recesos en las jornadas laborales, revisar el correo los fines de semana, atender llamadas de trabajo fuera del horario laboral y muchas otras, son prácticas cada día más comunes y que se extienden incluso en períodos vacacionales para un número de personas cada vez mayor. ¿Está el trabajo consumiendo nuestra vida? La evidencia disponible hasta el momento sugiere que estamos arruinando nuestro estado de salud – y nuestra productividad – por trabajar demasiado y durante mucho tiempo.
Entonces, queda preguntarnos: si seguimos así, ¿a dónde llegaremos? Y más importante aún: ¿Qué podemos hacer para cambiarlo?
Un nuevo concepto: "Muerte por exceso de trabajo"
Los efectos del estrés ocasionado por la sobrecarga laboral hacen más que comprometer nuestra energía. Altos niveles de estrés y de cortisona (una hormona liberada ante estímulos estresantes) durante períodos de tiempo prolongados; están relacionados, entre otras cosas, con el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como por ejemplo: hipertensión arterial, enfermedades cerebrovasculares, infartos…
Dentro de la cultura asiática, y más específicamente, en Japón, este efecto nocivo del estrés y la sobrecarga laboral está tan claro que incluso está catalogado como una causa de muerte: “Karoshi“.
Karoshi se puede traducir literalmente como “muerte por exceso de trabajo”. Este término japonés está relacionado con la mortalidad súbita ocupacional. Con esa definición, no debe sorprendernos que las causas médicas más comunes de muerte por karoshi sean ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares debido al estrés. Asimismo, los japoneses también contemplan la carga mental y el impacto de trabajar en exceso en casos de suicidio.
Además de ser considerada como una causa de muerte (cuyos número de casos han ido en aumento desde que se empezara a utilzar); karoshi también está catalogada como causante de cientos de enfermedades crónicas y mentales. Debido a la gran cantidad de muertes por karoshi, el gobierno japonés decidió presionar a las compañías para que implementaran cambios en sus dinámicas y mejoraran sus condiciones laborales. Por ejemplo, permitiendo que los empleados salieran más tempranos para cuidar a niños o familiares mayores, reduciendo la cantidad de horas extras, entre otros.
Más allá de lo interesante que resulta este concepto japonés, resulta bastante llamativo el hecho de que no existan más países que consideren el exceso de trabajo como una causa de muerte, o mínimo, como un factor de riesgo importante en el desarrollo de enfermedades. Aunque no se contabilicen como tal, seguro existen millones de casos a nivel mundial de personas “trabajando hasta la muerte“.
¿Salud o trabajo? He allí el dilema.
Seguro estás pensando en las políticas de trabajo y visualizando a vuestro jefe como el culpable de todo. Sin embargo, no es justo delegar en los demás algo que es enteramente nuestra responsabilidad: Nuestra salud.
Si bien es necesario velar por el cumplimiento de la normativa laboral relacionada con los horarios y las condiciones apropiadas para tener ambientes saludables en nuestros puestos de trabajo; también es importante trabajar en nosotros mismos, así como trabajamos en nuestro día a día.
Debemos tener un papel más activo. No podemos esperar que nuestros jefes, supervisores, empresarios o el gobierno hagan de nuestra salud una prioridad, especialmente si nosotros mismos no la tratamos como tal. Es NUESTRA salud y por eso somo NOSOTROS quienes tenemos que trabajar por ella. Además, incluso si tenemos la suerte de contar con un ambiente laboral saludable, queda de nuestra parte sacarle el máximo partido.
Y si por el contrario, nuestro ambiente laboral deja mucho que desear, aún está en nuestras manos hacer algo al respecto y generar un cambio positivo. Aunque las circunstancias hagan que sea un progreso lento y/o difícil, es mejor ser un agente de cambio activo que quedarnos a la espera.
10 ideas prácticas para reducir el estrés en el trabajo
Si has decidido tomar las riendas de tu salud mientras aprovechas al máximo tu jornada laboral, sin matarte en el intento, nosotros te lo ponemos más fácil. He aquí varios consejos prácticos que te ayudarán a reducir el estrés en el trabajo. Aunque existe la posibilidad de que no todos se adapten a tu realidad laboral, enfócate en aquellos que sí puedes realizar y sácale el mejor partido.
1. Trabaja en sesiones de 90 minutos
Después de estudiar a atletas, músicos, actores y ajedrecistas de élite, el Dr. K. Anders Ericsson de la Universidad Estatal de Florida descubrió que los mejores artistas trabajan en sesiones de aproximadamente 90 minutos y luego se toman un descanso. Se concentran intensamente y luego se dan tiempo para recuperarse y recuperar energía. (Curiosamente, Ericsson también produjo la investigación detrás de la “Regla de las 10,000 horas”).
2. Incluye el ejercicio en tu rutina, así sea en pequeñas dosis
Probablemente estés al tanto de que el ejercicio reduce el estrés, pero también hay muchos otros beneficios del ejercicio que rara vez se mencionan. Independientemente de cuál sea la razón por la que decides hacerlo, lo importante es mantenerse en movimiento; ya sea mediante el ejercicio, deporte o incrementando tu nivel de actividad física.
3. Cuando dejes de trabajar, hazlo en serio.
Aunque muchos somos culpables de responder llamadas o contestar correos de trabajo fuera del horario laboral, es posible que eso no disminuya nuestra cantidad de trabajo el día siguiente. Más, el tiempo de calidad que podamos compartir en casa con nuestros familiares o dedicarlo a nosotros mismo, ¡sí hace una gran diferencia!
Aprendamos a respetar nuestro tiempo fuera del trabajo y a disfrutarlos con las personas que más nos importan.
4. Explora tu creatividad (fuera o dentro de tu trabajo)
Numerosos estudios han demostrado que las actividades creativas como la música, el arte y la escritura reducen el estrés. Además, la creatividad ayuda a evitar vivir una vida corta y sin importancia. ¿Cuál es tu faceta más creativa?
5. Medita
Si crees que no tienes tiempo suficiente para meditar (o no estás seguro de cómo empezar), puedes encontrar guías sencillas en internet que se adapten a ti.
6. Respira profundo
Suena muy simple, pero rara vez hacemos tiempo en nuestro día para simplemente respirar. La buena noticia es que puedes hacerlo en cualquier momento, incluso ahora mismo. Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Inhala por la nariz contando hasta tres y exhala por la boca contando hasta cinco. Haz esto 5 veces y ve cómo te sientes.
7. Evita comer en tu lugar de trabajo
Date un poco de espacio y sal del entorno laboral: respira un poco de aire fresco.
8. Toma una siesta
Un investigador de la Universidad de California descubrió que una siesta de 60 minutos mejoraba la memoria tanto como 8 horas de sueño. Las siestas cortas de 20 minutos también han mostrado grandes beneficios. Además, la evidencia científica también ha demostrado que las siestas ocasionales pueden conducir a una disminución del 12% en las enfermedades cardíacas y las siestas diarias pueden conducir a una reducción del 37%.
9. Toma vacaciones con más frecuencia
Y cuando estés de vacaciones, ¡Desconéctate!
Los correos electrónicos, las llamadas telefónicas y las presentaciones pueden esperar.
10. Duerme más temprano
Cuando un jugador de baloncesto duerme 10 horas la noche anterior, su precisión de tiro puede mejorar en un 9% al día siguiente. Nosotros también podríamos beneficiarnos de movernos y pensar con mayor precisión. (Sin mencionar que sería bueno dormir 10 horas).
La evidencia científica es contundente: debemos tomar acciones si queremos vivir de manera saludable y evitar morir prematuramente por el estrés derivado de la sobrecarga laboral.
¿Vale la pena trabajar duro?
Si todo el tema del estrés laboral hace que consideres que no vale la pena trabajar duro, te invitamos a cambiar tu enfoque y preguntarte: ¿estás trabajando arduamente por las cosas importantes?
Trabajar duro da frutos, pero es necesario enfocar nuestras energías en aquello que consideramos importante para nosotros. Y, recordando a El Principito (de Antoine de Saint-Exupéry), “lo esencial es invisible a los ojos“.
¿Qué puede ser más esencial que tu salud y felicidad?
Por eso, te invitamos a preguntarte: ¿Le das tanto enfoque a tu salud como a tu trabajo? ¿Das tanto énfasis a tus relaciones como a tus plazos de entrega? ¿Dedicas tiempo a explorar, crear y viajar, al igual que dedicas tiempo a reuniones, conferencias telefónicas y clientes?
¿O simplemente pasas todo tu tiempo en el trabajo?